predispon tu casa para la llegada de la alegría
Si bien parece que este año nos han robado la primavera, con el verano no va a pasar lo mismo, aunque tengamos que vivirlo con alguna restricción, lo vamos a disfrutar. Así que no te cortes a la hora de pensar en las vacaciones en la playa, en el viaje a la India, en la visita al pueblo, en los refrescos en las terrazas, en los farolillos de las verbenas…no te desanimes, puedes vivirlo o revivirlo desde tu casa, porque si algo hemos aprendido durante este confinamiento es a ponerle mucha creatividad al asunto.
Se trata de predisponer tu casa para la llegada de la alegría del buen tiempo, del aumento de las horas de luz y de la temperatura. Para ello la mejor herramienta es el cambio. ¡Fuera lo viejo, lo pesado, lo que aprieta, lo oscuro, lo cerrado! ¡Bienvenido lo nuevo, lo suave, lo que afloja, lo claro, lo despejado! Abusa de la luz natural, que ahora puedes. ¡Y no te digo si tienes terraza o balcón!
Cambia los textiles de invierno por alfombras de algodón claro, sábanas de lino, colchas finas y suaves. Sustituye las mantitas del sofá por plaids de colores. Si eres de cojines en el salón, cambia las fundas por otras claritas o de colores vivos, que te recuerden a las tardes de verano en el “chill out”.
Puedes apostar todo al blanco que no fallará nunca, es fresco y limpio y combinado con el color arena te relajará muchísimo. Si lo que te atrae es evocar el mar y la playa, entonces tus colores serán el azul cielo y el arena, el sol lo atraemos utilizando el amarillo, en pequeñas dosis. Si eres más marinero, atrévete con el azul marino combinado con el blanco (en toallas, mantelerías, vajilla…). Con unos toques de verde lima en la terraza hará que pienses en el mojito del chiringuito de turno. Y por último, uno de mis preferidos, el color Coral, las tonalidades subidas dan mucha vida y las suaves transmiten dulzura.
¿Cuál es el secreto para acertar? Simplemente observa la naturaleza. Visualiza cuál es el paisaje que más te agrada, con el que te sientes mejor, el que te transmite buena energía y refléjalo en tu hogar. Incluye todos los elementos, juega con las formas, las texturas, los colores y la composición de cada objeto, recrea la naturaleza viva y en armonía. En resumen, abre tu casa a la luz y el color del verano, de la vida.
