Síndrome post vacacional

La vuelta de las vacaciones nos hace encontrarnos con la necesidad y la desgana, al mismo  tiempo, de reincorporarnos a la rutina. Y no sé si te pasa como a mí , que cuando regreso, me entran unas ganas irresistibles de despejar todos los rincones de mi casa. Me urge un orden inmediato.

Durante todo el año hago cambios de decoración, dependiendo de la estación utilizo más o menos objetos decorativos, alfombras, cojines, ramos de flores…el resultado siempre debe ser el mismo: organizado, limpio y armonizado. No descanso hasta que encuentro el equilibrio perfecto. Y de hecho, siempre y cuando no haya pasado un tornado, la haya invadido una plaga o mis hijos hayan montado la fiesta del siglo (esta última opción es la menos probable), cuando abro la puerta me reencuentro con la casa que me dejé, pero para mí no es la misma. Algo ha cambiado. 

Lo que antes de marchar estaba según mi gusto decorativo y bien armonizado, ahora me parece un tanto abrumador. Porque mi mirada es diferente. Mi energía es distinta. Por lo tanto mis necesidades han variado.

¿Qué hago entonces? El instinto me apremia a DESPEJAR, a vaciar espacios, a simplificar el campo de visión de mi hogar. Por eso mis primeras acciones son limpiar y guardar provisionalmente todo aquello que me moleste. Quiero volver a la sensación del lienzo en blanco, del comienzo. Para mí es necesario este proceso para poder AVANZAR y CREAR. Dos conceptos ligados al campo en el que nos movemos en ORDENA Y ARMONIZA cuando practicamos las técnicas del Feng Shui.

Se tratará de una exigencia transitoria, si eso es lo que precisas, por lo que esta experiencia durará más o menos tiempo en función del momento, en función de tus necesidades.

Estoy hablando de escucharte y de que tengas en cuenta la energía que desprende tu hogar porque así podrás intervenir de la manera más adecuada y dejar atrás el síndrome post vacacional.