¿Qué tienen en común…?

Despensa, alimentación y prosperidad
POR
ESTHER

la despensa, la prosperidad y la salud, con la entrada del otoño

Ayer empezó el otoño y pudimos disfrutar del equinoccio, es decir, el día y la noche tuvieron las mismas horas.

Con la entrada del otoño empezamos a cambiar algunos hábitos, cambiamos las chancletas por zapatos cerrados y botas, y nuestra despensa empezamos a acomodarla de alimentos que nos nutren y reconfortan.

Una buena alacena otoñal estará llena de frutos, como las granadas, las manzanas, las peras, las almendras, las nueces, las aceitunas, etc, alimentos que nos evocan el recogimiento, la conexión con nosotros y con la naturaleza. ¡Así es el otoño! Nos prepara para la llegada de la estación más dura, el invierno.

Por lo tanto, estos días empezamos a llenar nuestra despensa, pero antes de hacer este trabajo, te invito a que te deshagas de todo lo que tienes en ella, de esta manera estaremos haciendo espacio a lo nuevo, y con ello invitamos a la energía de abundancia a nuestro hogar. Si tienes exceso de sobrantes, recuerda que puedes donarlos a los bancos de alimentos, no sólo estarás ayudando a alguien, además estarás invirtiendo en tu prosperidad.

Recuerda que la abundancia no es atiborrar hasta los topes la despensa o nevera. Abundancia es tener todo lo que necesitas para abastecerte y disfrutar de la vida. Si te aprovisionas demasiado estarás invirtiendo el dinero en el lugar equivocado y quizás con el tiempo tengas que tirar parte de ese “sobre abastecimiento” porque se ha estropeado o caducado. Si inviertes bien, podrás surtir tu alacena y disfrutar de la vida ¡eso es abundancia!

Cuando aprendes a ser abundante la vida te dota de todo lo que necesitas, te provee de prosperidad infinita. En feng shui, trabajamos este aspecto a través de “hacer el vacío” o desprenderse de todo lo que no es preciso, pues está ocupando un espacio que no aporta nada positivo.

Y al igual que lo aplicamos a nuestras despensas, neveras, armarios, hoy te invito a que lo practiques también en tu alimentación, en tu forma de nutrirte.

Todos sabemos qué alimentos nos sientan bien y cuáles no, no hace falta que le preguntes a ningún médico o dietista. Ellos están para aconsejarte, para darte las pautas que tu mente no te deja ver. Porque sí, es cuestión de mente.

Nuestra mente nos lleva de aquí para allá y las emociones son el detonante de nuestros “malos hábitos alimenticios”. ¿Cuántas veces has comido por hambre? La mayoría de veces comemos por ansiedad, tristeza, euforia… son nuestras emociones las que nos empujan a abrir la nevera y comer. Hemos dicho que el otoño es época de recogimiento, así que las emociones tipo tristeza nos empujarán a la nevera o despensa, si las llenas de alimentos de temporada te estarás ayudando, pues nutrirás tu cuerpo como es debido, además estos alimentos nos ayudan a calmar nuestra mente y con ello a frenar ese impulso emocional.

No solo estás invirtiendo en salud, también estás invirtiendo en prosperidad.

¡Bienvenido otoño!

 

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