Bienestar

Ponte en situación. Imagínate que tras un día de duro trabajo, entras en un spa...

te desvistes, coges una toalla y te sumerges en un jacuzzi. Cierras los ojos y dejas la mente en blanco. Pasados unos minutos te incorporas, te secas con una suave y mullida toalla blanca. Ahora te vas a regalar un buen masaje, para ello entras en la habitación, huele a pétalos de rosa y naranja, las velas situadas estratégicamente proporcionan una agradable luz ambiental que te calma, te tranquiliza. Te tumbas en la camilla y te evades completamente cuando los aceites entran en contacto con tu piel. Relax total. 

Si ahora comparase esta situación con la que tenemos cada día al entrar en nuestro baño, dejaría mucho que desear, ¿no es así? Tenemos solución para eso. Si no conseguimos tener un verdadero spa en nuestra casa, sí podemos lograr evocarlo. Nos referimos a la sensación de bienestar. Y esto lo podemos conseguir con unos pequeños gestos a la hora de armonizar nuestro aseo. Manteniéndolo limpio y despejado. Huye del ruido visual que proyecta tanto producto expuesto. Arrópalo con textiles combinados de colores lisos y suaves al tacto. Aromatiza la estancia con tu esencia preferida. Recurre a las velas para ambientar momentos de relax en la bañera.

En el día a día mantén el orden y la limpieza para que estos momentos placenteros dejen de ser un extra y se conviertan en algo habitual.

Se trata de tu bienestar. Y eso no tiene excusa.

Susana

HOME STAGER EN LA UNIVERSIDAD CORPORATIVA INMOBILIARIA DE NAVARRA

Apasionada por la decoración con bajo presupuesto y una buscadora incansable de recursos decorativos y organizativos (DIY) para conseguir que nuestras casas luzcan ordenadas y bonitas.

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