Si todo está en "su lugar", podrás disfrutar más del tiempo libre y de los placeres del otoño
A estas alturas de la película ya nos hemos hecho con nuestros hábitos y rutinas de las que
hemos hablado en otras ocasiones. Época de cambios. Estación de cambios. Y, cómo no,
cambio de armario.
Ésta, junto con la de primavera, es una de las citas más importantes del año. Para que no se te
pase, apúntatelo en tu flamante planificador. Hazme caso, que luego vienen las prisas por
bajar del altillo los jerséis y chaquetas, las mantitas finitas de esas que no pican para poner al
ladito del sofá, las fundas mulliditas de invierno de los cojines, los rellenos nórdicos que
guardaste al vacío en el canapé de tu cama y, una de las cosas más importantes, ¡los
supercalcetines calentitos de andar por casa!
Si todo estaba en “su lugar”, el intercambio será de lo más rápido, eficiente y satisfactorio para
toda la familia. Esto te permitirá disfrutar de más tiempo libre para dedicar a otros placeres
típicos de la temporada.
Si eres amante del campo, de las excursiones por la montaña, de actividades al aire libre,
podrás ir a por setas o a por castañas para tu despensa y de paso pararte a admirar los
espectaculares colores de las hojas de los árboles. Aprovecha para recoger hojas y piñas para
cuando llegues a casa, bien oxigenada y con energía renovada tras la excursión, y poder darle
alas a tu creatividad realizando alguna manualidad. Si sumas todo puedes crear un bodegón
para un rincón de tu casa. Busca un cuenco, un bajo plato, una bandeja, lo que tengas a mano,
haz un manto de hojas secas de diferentes colores, coloca unas velas junto con una castañas y
piñas que puedes pintar de color dorado, ponle tu cariño, tu energía…y ya tienes un trocito de
otoño dentro de tu hogar.
Entonces tú, ¿Qué vas a hacer este otoño?
