Encontré esta frase en una de las lecturas durante las vacaciones y me hizo reflexionar sobre la importancia de la familia conviviente y sobre lo que entendemos por hogar.
Deberíamos ser conscientes siempre de que, como individuos, formamos parte de una comunidad que puede pertenecer a una ciudad, a un pueblo, región… También hablamos de comunidad cuando nos referimos a nuestros vecinos o las personas que se unen por objetivos o ideas comunes. Es decir, somos parte de un conjunto.
La familia la forman individuos que conviven y que ejercen un rol fijo (madre, padre, hijo,…) por lo tanto estamos hablando de comunidad y, en esta, el interés principal es el de crecer juntos, querernos y cuidarnos. Así debería ser. Por ello queremos hacer de nuestra casa, de nuestro piso o apartamento, donde sea que vivamos, un auténtico hogar.
Es lo que hemos repetido en tantas ocasiones sobre cuidar y mimar el espacio en el que transcurre nuestra vida, donde dormimos, comemos, trabajamos, creamos… es asistir y atender a nuestra familia, a nosotros mismos, como parte de esa comunidad llamada hogar.
Así, si cada uno de nosotros trabaja para sumar y generar positivismo, la colmena se moverá con energía de prosperidad y abundancia.
Cuando Marco Aurelio dijo que lo que es bueno para la colmena lo es para la abeja, describía perfectamente el espíritu de sociedad que debe impregnar un hogar. La abeja no hará nada que pueda perjudicar a la colmena, porque ella sola no es nada.
Y tú, ¿eres una abeja?
Susana
HOME STAGER EN LA UNIVERSIDAD CORPORATIVA INMOBILIARIA DE NAVARRA
Apasionada por la decoración con bajo presupuesto y una buscadora incansable de recursos decorativos y organizativos (DIY) para conseguir que nuestras casas luzcan ordenadas y bonitas.